jueves, diciembre 30, 2004

Segundo día

Creo que una de las cosas que más me atraen de Madrid es su naturaleza de ciudad de símbolos. A través del cine, la televisión, la música, la literatura, Madrid se ha convertido en un espacio mítico que no sólo existe en el mundo real sino que también reside en el imaginario colectivo. La existencia o no de este espacio es secundaria. Importa el mundo paralelo. Vivir en Madrid es recordar el millón de cadáveres de Dámaso Alonso, la movida madrileña, la casa de Pedro P. en Arrebato o esa imagen que digerimos a través de la televisión. Pasear por Madrid es para mí sentir un cosquilleo de recuerdos deseados pero no vividos. Es vivir en la imaginación.

Manolo.

1 Comments:

At 10:42 p. m., Blogger Manolo said...

Qué envídia. New York. Lo más lejos que he ido ha sido a Francia... Bueno, yo no soy de Madrid. La primera vez que pisé esa ciudad fue hace tres años. Recuerdo cuando era un crío y en la televisión echaban "Las chicas de hoy en día" y "La mujer de tu vida". Recuerdo el entierro de Tierno Galván, la estética de la movida, Alaska, y todas esas cosas. Para mí el tema de la reconstrucción de la infancia es algo casi obsesivo. Cuando eres niño, un segundo dura una hora, tu casa es el centro del universo, y cualquier trivialidad se convierte en algo mítico. No hay que desaprovechar los poderes "mágicos" de todo esto. Madrid en el fondo es una puerta a ese mundo. Lo primero que hice cuando me pude mover con libertad por esta ciudad fue buscar las localizaciones de algunas de mis películas favoritas. Para mí, Madrid roza la irrealidad.

Manolo

 

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