viernes, abril 08, 2005

Pues el martes pasado a eso de las 2 de la mañana le dió a un tío por atracarme cerca de mi casa. Se llevó 20 euros, mi móvil sin tarjeta y mi tarjeta de Caja Duero sin número PIN (imagino que haría colección). Me apretó el cuello con su brazo, lo que me ha producido una afonía que todavía me dura y me dió un cabezazo en la cara que me la ha dejado ligeramente hinchada. La verdad no siento ni odio, ni miedo, ni mala leche. Más bien siento una especie de perplejidad ante lo sucedido. Me ha fastidiado sobre todo la alteración de mi vida cotidiana y haber perdido un tiempo que no me sobraba para volver a la rutina. Por otra parte me ha disgustado bastante la mentalidad reaccionaria y racista de bastante gente a mi alrededor cuando les he contado mi historia. Creo que al ser yo el atracado me veo en una privilegiada situación moral para no achacar este crimen a todo el colectivo de inmigrantes que hay en España. Es triste ver el comportamiento suicida de la sociedad.

1 Comments:

At 10:31 p. m., Blogger Manolo said...

Gracias.

Sí, el problema es el miedo. Estamos rodeados de miedos. Nuestra conducta y nuestro modo de planificar la rutina suelen estar condicionados por el miedo. Pero el miedo es una sensación. El miedo es lo que no es, es la indefinición. Por su abstracción no debería afectarnos tanto en nuestras vida reales.

Y la afonía va mejorando. Día a día voy subiendo semitonos, pero el comienzo del Te Deum de Bruckner sigue estando demasiado arriba.

Besos.

Manolo.

 

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