En su Requiem, Fauré consigue que no pensemos en él como compositor, sino en la música que compone. Esta obra no parece construida a partir de una serie de técnicas de composición, y en lugar del artificio aparece el estilo. Conseguir la naturalidad es uno de los mayores logros estéticos a los que puede aspirar un autor.
Jose Sirgado
Dime, ¿cuánto tiempo te podías llegar a pasar mirando este cromo?...¿Te acuerdas?...¿Y éste?...Y ¿esta orla?...¿Y esta página?...¡Años, siglos...Toda una mañana...! Imposible saberlo, estabas en plena fuga... éxtasis...colgado en plena pausa...¡ARREBATADO!
1 Comments:
Me gusta mucho, más aún cuando Fauré no es santo de mi devoción. Parece que aquí acertó de pleno.
Besos.
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