sábado, mayo 14, 2005

La del escenario sí que es una posesión infernal y no la de Sam Reimi. El jueves tuvimos audición de improvisación, y como es costumbre en estas audiciones, llevamos a clase multitud de bebidas alcohólicas y diversas chucherías. La audición que hicimos mi compañero de clase y yo se titulaba "Don Quijote contra el caballero de la Blanca Luna", quizá para ver si nos caía algún tipo de subvención. Fui al escenario con el cubata en la mano fingiendo un grado de alcoholemia mayor del que llevaba. Tras sentarnos en nuestros respectivos pianos, comenzamos una improvisación sin ningún parámetro armónico y basada principalmente en un desarrollo motívico. El pianismo tenía multitud de efectos percusivos, glissandi, clusters, y demás. En los dos puntos culminantes, reventé sendos globos en el arpa del piano poniendo cara de loco. Sorprendentemente, la audición fue recibida con un tremendo entusiasmo por nuestros compañeros. Me sentí como Dios interpretando un papel de borracho-loco-maltratador de pianos. El éxito que tuvimos nos obligará a repetir algo mucho más cafre para la próxima vez. Ya tengo varias ideas en mente. Me veo sacrificando una virgen encima del piano tomando como arma un arco de contrabajo.

1 Comments:

At 4:41 p. m., Blogger Manolo said...

He de reconocer que me lo pasé muy, muy bien.

Besos.

 

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