Jo, ya se acaba el año
Pues ya es 31. Parece mentira lo rápido que se ha pasado el año. Bueno, por otra parte con lo chungo que ha sido, casi que mejor.
Dime, ¿cuánto tiempo te podías llegar a pasar mirando este cromo?...¿Te acuerdas?...¿Y éste?...Y ¿esta orla?...¿Y esta página?...¡Años, siglos...Toda una mañana...! Imposible saberlo, estabas en plena fuga... éxtasis...colgado en plena pausa...¡ARREBATADO!
Pues ya es 31. Parece mentira lo rápido que se ha pasado el año. Bueno, por otra parte con lo chungo que ha sido, casi que mejor.
Creo que una de las cosas que más me atraen de Madrid es su naturaleza de ciudad de símbolos. A través del cine, la televisión, la música, la literatura, Madrid se ha convertido en un espacio mítico que no sólo existe en el mundo real sino que también reside en el imaginario colectivo. La existencia o no de este espacio es secundaria. Importa el mundo paralelo. Vivir en Madrid es recordar el millón de cadáveres de Dámaso Alonso, la movida madrileña, la casa de Pedro P. en Arrebato o esa imagen que digerimos a través de la televisión. Pasear por Madrid es para mí sentir un cosquilleo de recuerdos deseados pero no vividos. Es vivir en la imaginación.
Bueno, esperemos que las palabras terminen por fluir de forma constante en este blog. Jamás he llevado ningún diario, ni he tenido la costumbre de mandar cartas, ni he sido precisamente un buen lector. Espero no ser demasiado cenizo con mis posts ni demasiado malo con los textos. Espero que a la pregunta de para qué sirve escribir aquí, la podamos encontrar respuesta entre todos.