domingo, febrero 27, 2005

Signos

La realidad no se ajusta a los símbolos. Se escurre al pensamiento. El lenguaje es un sistema de analogías imperfectas. La imaginación es su hija. Realidad y ficción se confunden. Nos despertamos y el sueño parece real. Los deseos no se correponden con los materiales terrestres. Aunque no nos guste.

domingo, febrero 20, 2005

Un buen día

Ayer no estuvo mal. Horas y horas de ensayo con Brahms. Quizá me estoy volviendo mayor, pero físicamente acabé reventado. Godard. No engañé a nadie. Siempre me gustó ir solo al cine. Se fueron dos personas de la sala. Record a la baja. Luego al Irlandés. Pedro y Santi. Núcleo duro de amigos. San Bernardus 8, Rochefort 6 y Mongozo. A medida que el alcohol se adueñaba de las "cámaras cerebrales" surgía el cine. Star Wars turco, Godard, Resnais, Paul Myers, Tracy Lords, Mizoguchi, Ford, Murnau, Zulueta elíptico. Hamburguesería. Von Trier, Rachmaninov, Scorsese. Hoy ligera resaca. Fue un buen día.

sábado, febrero 19, 2005

En el casablanca

Ayer ví en la cartelera del periódico que ahora mismo estaba en cartelera "Nuestra música", la última película de Jean Luc Godard. Espero convencer a mis amigos para que esta noche se sometan a ochenta minutos de masoquismo en el casablanca,el mejor cine en cuanto a programación de Valladolid. "Vivir su vida" fue la primera película de Godard que ví. Luego vinieron "Al final de la escapada", "Elogio del amor" y "Forever Mozart". Cine de búsqueda estética. Me cuesta describir las sensaciones que me produjeron todas estas películas. Realmente no las entiendo completamente, y creo que se me escapan muchas cosas. Sin embargo, desde un punto de vista sensorial creo que son fascinantes. Sus películas son para mí como imágenes destiladas. Abstracciones que acercan el lenguaje del cine al fluir irracional de la música.

sábado, febrero 12, 2005

Antoñito

Un par de poemas de Antonio Gamoneda:



Entra en tu cuerpo y tu cansancio se llena de pétalos. Laten en ti bestias felices: música al borde del abismo.

Es la agonía y la serenidad. Aún sientes como un perfume la
existencia.

Este placer sin esperanza, ¿qué significa finalmente en ti?

¿Es que va a cesar también la música?



.................




Estoy desnudo ante el agua inmóvil. He dejado mi ropa en el
silencio de las últimas ramas.

Esto era el destino:

llegar al borde y tener miedo de la quietud del agua.

miércoles, febrero 09, 2005

Hola!!

Primero madrugué. Algo totalmente inhabitual en mí. Cuando me levanto antes del amanecer, siento una extraña sensación de mal fario. El día anterior pensaba que algo iría mal. ¿Freud capítulo uno, como dice el Garci?. Me monté en el taxi. Esperaba llegar a la estación en unos diez minutos. Atasco en Antonio López. Joder, a la gente parece que depués del desayuno le gusta encerrarse en las calles de Madrid. Pirámides: 5 km por hora. Embajadores... sin comentarios. Estuve en el taxi treinta y cinco minutos. Mi tren salía a las ocho y cuarto, pero cerraban las puertas (menuda bobada) a y trece. Llegué a y trece. Jamás había perdido un tren. Coda de unos días bastante deprimentes. Estallé enajenado delante de las otras dos personas que perdieron ese maldito Altaria y de la señórita que me impidió la entrada. Siempre he odiado a las verduleras. Sentí que en ese momento había perdido algo.

-Susana, he perdido el puto tren- etc, pasando por todo el santoral-¿Qué hago?
-Pues tienes un autobús a las once que llega a Algeciras a las ocho.
-Bien. ¿A qué hora es la actuación?
-A las ocho. En Tarifa. Veré si la puedo retrasar.

La retrasó. Cercanías a la estación de autobuses. Para hacer tiempo, me pasé por el bar más cutre que encontré cerca de Méndez Álvaro. Zumo de naranja. Café con leche. Quedaban dos horas. Un anís. Me siento y derramo la copa encima de mi jersey. Mi idea de Bukowsi se acerca un poco a lo que estaba consiguiendo esa mañana. Caualmente tenía un jersey de repuesto en la maleta. De repuesto. Sólo para caso de emergencia. La noche anterior le tiré una cerveza y no tuve tiempo de lavarlo. Entre apestar a anís o a cerveza, escogí esto último.

El viaje fue un tormento chino. Cómo podía imaginar que Algeciras estaba a nueve horas. Eso, unido a la angustia por no llegar a la representación, me las hizo pasar bastante negras. Algeciras. Taxi. Me cambié en éste. Lo había visto en demasiadas películas y no pude evitar la tentación. Al sacar la camisa, el tufo a anis me recordó la mañana. Llegué justo a tiempo. Actuación sin ensayar. Bueno, podía haber sido peor. O no. Cena. Regreso, o en mi caso ida, al hotel. Qué mejor forma de desplazarse por Tarifa que montado con tus compañeros en el remolque de una camioneta Renault conducida por una alemana cincuentona posthippie que se dedica a cuidar caballos de corridas de toros en su finca de Bolonia.

Tras unos cuantos vasos de ron con una rodajita de limon (estaba con músicos cubanos) y resolver la educación musical española con mi compañero de habitación, a las seis de la mañana, dormí.

jueves, febrero 03, 2005

No sé si me estoy volviendo demasiado antisocial

No sé si me estoy volviendo demasiado antisocial, o si ya hace un tiempo que soy así, pero el caso es que me están entrando ganas de empezar a repartir cintazos en los ojos a todas aquellas personas que están pegando voces ahora mismo en esta internetería.

Quiero ADSL para el piso ya!!